viernes, 9 de octubre de 2015

EL MUNDO ORGANIZACIONAL Y LA ESPIRITULIDAD.


El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito.
Albert Schweitzer


La vida en las organizaciones es un mundo sumamente complejo.
En mi experiencia profesional, luego de una vida académica, descubrí que la aplicación de la teoría a la práctica, es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos los profesionales con la intención más honesta de aplicar los conocimientos aprendidos y trascender en el mundo laboral.

Cuando experimenté en carne viva ser parte activa de una organización, descubrí que dista mucho de lo que dicen los teóricos y estudiosos de los procesos humanos y que los conocimientos de todos los modelos de competencias y sus derivaciones y teorías, siempre se quedarían cortos, con respecto a lo que se vive en la realidad.

Uno de los mayores asombros, es sin duda, observar -como si fuera un laboratorio- el comportamiento humano, mucho más parecido a las reacciones de los niños en una primaria, que el comportamiento adulto en un contexto laboral.

Sin duda, mi expectativa se desquebrajó ante la apabullante realidad. Nada sucedía como debía suceder… el personal de la empresa, desde subordinados, mandos medios y direcciones más estratégicas, tomaban decisiones y actitudes, infantiles, de desquite con el del bando contrario, de indiferencia contra la que le cae gorda a mi jefe, y ¿por qué no? El queda bien con la maestra, en este caso, los jefes.



En ese momento, descubrí el sentido de mi trayectoria académica: primero psicología educativa para comprender el contexto escolar y la psicología de la evolución, y luego refinar con la psicología aplicada a las organizaciones, para ver en qué derivan todos los fallos cometidos en el contexto escolar.

En fin, que era claro para mí a todas luces, la necesidad de una comprensión del ser humano mucho más profunda, trascendente, filosófica, antropológica y psicológica. Fue en ese momento, cuando -con todo el sentido, ahora lo sé- me topé por “accidente” con la Logoterapia.

Descubrí cómo con un orden, claridad y excelencia magistral, un hombre excepcional, dictó la metodología y el andamiaje para acompañar nuestro proceso de ser adultos, lo que tanto nos cuesta a los seres humanos.

Agradecí profundamente en aquel momento de transición, contar con tan profundo conocimiento que me contactó conmigo mismo y me confrontó con mis propias incapacidades, dependencias y resistencias.

Entendí, y fui descubriendo luego de un largo tiempo que parte de mi ardua misión tenía un sentido claro: era, precisamente llevar este método de convertirse en persona adulta a las organizaciones y empresas, donde se experimentan verdaderos procesos de tortura, por no tomar postura, y perdiendo el verdadero sentido de la empresa y de convivir en pro de un mismo objetivo.

La logoterapia organizacional, en esencia, busca re-humanizar las relaciones organizacionales, a partir de tomar conciencia de la necesidad de dar el salto a la evolución de ser trabajadores dependientes y guiados por un jefe, a ser personas responsables, dueñas de si mismas, y capaces de responder a los retos y las preguntas que la vida constantemente les formula con los desafíos que el mercado y la empresa plantea constantemente.

Descubrir las grandes posibilidades del ser humano, en una organización y descubrir el alcance que tiene en términos de resultados, es sencillamente inspirador; sin embargo, también se ve que detienen su desarrollo por falta de liderazgo, o por miedo de la misma persona a tomar los riesgos que la posición requiere, o por múltiples factores, observo que nos abre horizontes infinitos de posibilidades para logoterapeutas organizacionales y coaches que contamos con las herramientas específicas para ayudar a las personas y organizaciones a expandir todas sus potencialidades en el contexto organizacional.

El espíritu en las empresas, la conciencia, la colaboración, el compañerismo, la escucha, la tolerancia, la compasión, el sentido de vida, entre más elementos existenciales y humanos, son las semillas y la materia prima de coaches y logoterapeutas organizacionales que vamos silenciosamente, ayudando a cambiar el mundo, una empresa a la vez.

Hoy existe un choque cultural inter-generacional que cuesta articular, sin embargo, es evidente la necesidad de crear espacios de creación y recreación del espíritu, como laboratorios para hacer crecer la creatividad e innovación de los jóvenes llenos de ideas, emoción y esperanza en un mejor futuro. Las empresas deberán ser incubadoras de esta alma creadora, y no un rastro donde se corten las alas y se acabe con los sueños de trascendencia y transformación.

Los desafíos del mundo empresarial, en torno al capital humano, radica sencillamente en tratar a las personas como personas: únicas, irrepetibles, irremplazables, valiosas en sí, capaces de cubrir y rebasar nuestras expectativas y gestionando el liderazgo para hacer crecer en cada alma y espíritu, el ser humano extraordinario que cada trabajador está llamado a ser. Hacer del trabajo su propio sentido vital, como vía hacia la autotrascendencia y dignificación humana.

Las empresas están constituidas por personas. Las personas somos existenciales y espirituales, no monedas de cambio que se desechan cuando ya no funcionan. El mundo empresarial, está empezando el cambio y vuelta a la rehumanización laboral. Con tu ayuda, esto será posible… súmate a nuestro esfuerzo.



Ursula P. Martínez
Mtra. Programas para el desarrollo de habilidades y competencias
Coordinadora nacional de la RILO en México.